sábado, 27 de diciembre de 2014

Las dos nubes amigas. 2

Eran dos nubes blancas, blancas como la nieve, que viajaban
por el cielo azul de una mañana de primavera.
Y se sentían felices de ser tan blancas y como de algodón.
Se acercaban, se alejaban, reían, se perseguían y dibujaban
extrañas formas en el cielo.
Por la tarde, en cambio, cuando el sol se iba poniendo, se
volvían de color rosa y amarillo, rojo y morado.
Eran preciosas aquellas dos nubes al atardecer.
Un día de mucho viento se fundieron la una con la otra.
Y se añadieron también muchas otras nubes que acabaron
formando una masa gris y espesa.
Y comenzó a llover con mucha fuerza.
Cuando paró la lluvia, el cielo quedó más azul que nunca y
no se veía ni una nube por ninguna parte.
Pero resulta que un charco que apareció en el suelo se puso a
hablar y a reír con otro charco que había a su lado.
Y le dijo:
-¿Te acuerdas de cuando éramos nubes?























Las dos nubes amigas.

Enric Larreula

Pan con Chocolate es una colecciones de lecturas para la etapa de Educación infantil. En esta primera aproximación de los niños y niñas al mundo de la lectura, proponemos materiales muy lúdicos con grandes ilustraciones y tipos de letra de fácil lectura.

Están orientadas a acompañar a los alumnos en sus primeros pasos en la competencia lectora y a ayudarlos a descubrir el gusto por la lectura.

La colección "Pan con chocolate " se compone de 15 títulos escritos con letra ligada, indicados para niños y niñas a partir de los cuatro años.
Editorial: Teide
ISBN: 9788430729135

domingo, 23 de noviembre de 2014

http://cuentosquecabenenunbolsillo.blogspot.com.es/2014/10/lon-po-po.html·   




LON PO PO

 
Fragmento de la historia de Lon Po Po
Tres hermanas, Shang, Tao y Paotze viven en el norte de China. Un día, su mamá decide ir a hacer una visita a la abuela “Po Po” y llevarle galletas de arroz. Antes de partir, la madre dice a sus hijas:
·                                                                                                                                                   Yo no estaré aquí esta noche. Sed prudentes y no olvidéis cerrar bien la puerta.
Poco después, un lobo llama a la puerta. Está disfrazado de vieja y dice:
Tesoros míos, soy “Po Po”, vuestra abuela.
·                                                                                                                                                   Pero si nuestra madre ha ido a visitarte, responde Shang.
·                                                                                                                                                   ¿A visitarme? Yo no me la he encontrado por el camino, dice el lobo con tono de sorpresa.
Un poco nerviosa, Tao pregunta:
·                                                                                                                                                   Po Po, ¿por qué tu voz es tan ronca?


·                                                                                                                                                   Estoy resfriada y hace frío aquí fuera, ábreme rápido y metámonos en la cama, pues ya es muy tarde.
Las tres hermanas no quieren dejar a su abuela fuera mucho tiempo. Le abren la puerta y se acurrucan con ella en la gran cama.
·                                                                                                                                                   Po Po, ¿por qué tienes pelos en los pies? pregunta Paotze. ¿Y por qué tienes los dedos ganchudos?

Entonces Shang enciende una vela y reconoce la cara peluda del lobo. Astutamente le dice:
·      Po Po, debes estar hambrienta. ¿Quieres comer frutos del ginkgo que crece al lado de nuestra casa? Son tan dulces y tiernos como la piel de un bebé.


·      Eso me parece delicioso, pero soy demasiado vieja para trepar por los árboles, responde la falsa abuela.

·      Pero nosotras podemos hacerlo por ti, dijeron a coro las tres hermanas.
En unos minutos, Shang, Tao y Paotze se encuentran en lo alto del árbol.
Sube, le grita Tao al lobo, los frutos son mucho mejores cuando se comen en lo alto del árbol.
·      Pero yo no llego hasta la copa, responde el lobo.
  Entonces coge la cesta y la cuerda que están detrás de la casa, ata la cuerda a la cesta y nos la echas, sugiere Tao. Vamos a subirte hasta lo alto del árbol.
Dicho y hecho. El lobo se mete en la cesta. Cuando ya casi está en lo alto del árbol, las tres hermanas sueltan la cuerda y el lobo se estrella en el suelo.
No se mueve, está muerto. Rápido, las hermanas vuelven a la casa, cierran la puerta con llave y se acuestan de nuevo. Al día siguiente, cuando su mamá regresa, Shang, Tao y Paotze le cuentan su aventura con el lobo disfrazado de “Po Po” y le explican cómo lograron deshacerse de él para siempre.


(Explicación del título: “Lon” significa lobo y “Po Po” abuela. Del cuento “Lon Po Po”, E. Young)
Del dossier elaborado sobre Caperucita Roja por Elisabhet Zurbrigen de Suiza

martes, 30 de septiembre de 2014

- ¿Qué recuerdos guardas de tus primeras lecturas?

- ¿Qué recuerdos guardas de tus primeras lecturas?
- Pues mi primer recuerdo es el de mis padres leyéndome. Ambos eran músicos y la escucha, los sonidos, el oído, eran elementos muy importante en la vida diaria. Recuerdo que mi madre entonaba musicalmente los cuentos infantiles clásicos que me leía y que mi padre, que era muy buen narrador oral, se inventaba historias absurdas, de humor, de las que hacía variantes cada vez más retorcidas y graciosas. En una segunda etapa, llegaron a mi vida los disco-libros, que reproducía en un tocadiscos que había heredado. Así aprendí a leer el cuento del rey desnudo o el de Alí Babá. Los aprendí a leer escuchándolos. Para mí los libros eran objetos que se me metían en la oreja. Siempre había una voz dentro de ellos. Eso también ha influido mucho en mi manera de escribir, en el ritmo, en la necesidad de escuchar esa voz para ponerme a escribir.

sábado, 20 de septiembre de 2014

"El barro es el príncipe de los juguetes

Y para jugar, no es necesario gastar un dineral en los juguetes más avanzados a nivel tecnológico. No. "Los buenos juguetes cuestan muy poco", explica Tonucci durante la presentación de la conferencia "Más juego, más movimiento: más infancia" que brindó ayer en el salón Maestro Alfredo Bravo del Palacio Sarmiento, invitado especialmente por la Biblioteca Nacional de Maestros (BNM), en una iniciativa compartida entre el Ministerio de Educación de la Nación y la Fundación Arcor.
"El barro es el príncipe de los juguetes –continuó Tonucci–. El barro no es nada y puede ser todo. Y a lo largo de la historia de la humanidad, ha sido un material que ha servido para hacer infinidades de cosas. Es un material riquísimo. Y en manos de los niños…" Tonucci no termina la frase y dibuja con su mano abierta un rulo en el aire. La metáfora tiene una explicación: "Un buen juguete es lo que se presta a muchos usos, con distintas condiciones sociales", agrega el pedagogo, que luego enumera y clasifica como buenos juguetes a la pelota y a la muñeca, chiches que todo niño y toda niña han tenido alguna vez y que sirven para muchas cosas.
Pero Tonucci deja para el final la referencia a otro "buen juguete": el libro. "A mí me gusta mucho pensar que algún día un padre le dará dinero a su hijo, lo llevará a una librería y le dirá: 'Elige un libro'." Ese libro, seguramente, se irá a una casa, de la mano de ese niño, esperando ser leído. Y para Tonucci ahí nace la relación que generará un nuevo lector: "Creo que lo más importante es ofrecer a los niños la experiencia de la escucha. No se puede aprender a leer bien y con gusto sin haber vivido, sin haber tenido una experiencia de gozar con la escucha de un adulto que lea al niño. Pero como no todas las familias pueden acceder a ese derecho, es obligación de la escuela hacerlo para todos los niños, de manera que todos tengan una experiencia básica fundamental para pasar a la parte técnica del aprendizaje de la lectura". Para "Frato", como lo apodan al pensador y dibujante italiano, "un niño debería empezar a leer porque desea leer; porque vivió la experiencia fascinante de la escucha de la lectura de libros que un adulto le regaló a lo largo de días y días", y considera que esto debería ser costumbre en las escuelas, con una franja horaria establecida para tal fin. "Esta es la única garantía de que en esos niños pueda surgir el deseo de aprender a leer. Una vez hecho esto, lo más importante ya estará conseguido, y después el aprendizaje instrumental de la lectura es una cosa que los niños hoy en día aprenden solos", agregó.
Además del pedagogo y dibujante  invitado, participaron de la conferencia la socióloga Cristina Diéguez, y especialistas de la Dirección de Educación Inicial del Ministerio de Educación de la Nación. La propuesta ha sido declarada de interés educativo por el Ministerio, y tuvo como eje central el derecho a jugar, buscando interpelar a los adultos sobre las genuinas oportunidades que tienen los niños y las niñas en relación con el juego y el movimiento.
Finalmente, para arrojarse a la práctica de la lectura con un niño, Tonucci recomienda "leer sin temor, sin pensar que se está perdiendo el tiempo o que se podría hacer algo de mayor importancia". Y antes de ir a la cama "acompañar a los niños a dormir leyendo un libro y no mirando la televisión, lo que constituye las bases de la lectura". Esto, siempre, con la idea de jugar con el chico, porque en términos de jugar, para Tonucci "nunca se deja de ser un niño". 

 http://tiempo.infonews.com/nota/131516/hay-que-acostar-a-los-ninos-leyendo-un-libro-y-no-mirando-television