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Iluminados por la lectura
Leer es un acto creativo que aviva la inteligencia, fortalece la personalidad y regala momentos profundamente placenteros
por BEATRIZ GARCÍA CARDONA
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imagen: WWW.SHUTTERSTOCK.COM |
SÁBADO 1 DE JUNIO DE 2013
La lectura es una de las
pocas actividades que siempre genera un estado de intimidad intensa y
relajada. Todo cuanto pasa ocurre dentro de la persona, el resto es
accesorio. Se puede estar leyendo en la cocina, en un patio, en un sofá
muy cómodo o en la cama, es igual: la satisfacción y compenetración con
los personajes y su mundo que se escurren de las líneas del libro
ofreciendo deleite al lector.Es usual contemplar personas leyendo en el metro, incluso paradas, que se ven totalmente abstraídas, ausentes de todo y que transmiten una sensación de quietud; nada parece haber en ese vagón más que ellos y sus libros. Por eso da lo mismo leer sentado en un parque o en un atestado autobús, el momento que se vive tiene la calidez y singularidad de un tiempo mágico donde prevalece la armonía.
Una experiencia extraordinaria
Pero no se lee solo por abrir un paréntesis en la vida cotidiana y aislarse. Se hace porque la lectura acerca a algo único de lo que se deriva lo demás: la experiencia del otro. Con ella se sale de la soledad individual para ir al encuentro de una manera diferente o parecida de percibir el mundo y contarlo. Y cuando se halla es como si se estableciera una conexión prodigiosa que parte del libro y llega a los sentidos y al corazón.
Es un momento de júbilo parecido a una iluminación. ¿Por qué? Porque el lector se percata de que ese alguien que escribe ha encontrado las palabras que buscaba, expresado el sentimiento que albergaba, el temor que puede rondarlo o la dicha que siente; es decir, el autor ha dicho lo que la persona que lee presentía y que desde ese momento se manifiesta como un descubrimiento, formando ya parte de su vivencia.
Por eso con la lectura simplemente el individuo crece, en conocimiento y en sabiduría. Una obra permite al sujeto proyectarse más allá de sí mismo, accediendo a mundos remotos creados por personas que se pueden sentir muy cercanas.
La voz del texto
"La experiencia de la lectura tiene siempre una dimensión de incertidumbre que no se puede reducir. Y, además, puesto que no puede anticiparse el resultado, es una experiencia intransitiva: no es el camino hacia un objetivo pre-visto, hacia una meta que se conoce de antemano, sino que es una apertura hacia lo desconocido, hacia lo que no es posible anticipar y pre-ver", asegura el reconocido escritor español Jorge Larrosa en la obra La experiencia de la lectura (México: FCE, 2003).
De allí que leer no puede ser considerado un acto sencillo. Para confrontar un texto no basta con pasar Ia vista sobre Ios rengIones de palabras: implica concentrarse y abstraerse, asimilar y razonar, meditar y discernir, pero sobre todo escuchar la voz que habla detrás de las páginas. Y aunque aIgunos encuentran muy estimuIantes estas tareas, a otros Ies parecen enormemente aburridas porque exigen un esfuerzo.
Pero bien vale la pena el tiempo invertido, porque esta actividad siempre revierte en beneficios para quien la practica, ya que constituye un refugio seguro, de la que se pueden obtener grandes satisfacciones.
De interpretaciones y recomendaciones
Al abrir una obra literaria o un estudio sobre motivación laboral o un manual de autoayuda siempre se está accediendo a huellas de un conocimiento que ha fecundado en autores que antes fueron lectores y que supieron convertir la lectura en inspiración y fuente de creación.
Porque leer lejos de ser un hecho pasivo, como muchas personas creen, es un proceso activo: "En el lector se completa el círculo creativo que inicia magistralmente el autor de la obra literaria; es en el que lee en donde el impacto estético, emocional, de pensamiento, etcétera que movió la pluma del escritor convierte el estado latente de la comunicación que encerraba el libro en una realidad. El lector re-crea, vuelve a crear en otra dimensión la obra literaria cuando la lee y la interpreta", afirma Mercedes Laguna González, profesora y escritora española, experta en temas de lectura y bibliotecas. Y es así porque cada lector se apropia del texto de manera diferente, modificándolo hasta hacerlo a veces irreconocible para otros, porque lo ubica en relación con su experiencia y conocimientos. Por eso un escrito tiene tantas interpretaciones como personas lo vean.
Y de la misma manera que no hay una lectura única, tampoco hay un lector unidimensional, limitado por un solo tipo de lecturas. Por eso, a la pregunta de qué libros recomendar, no existen consejos ideales: cada persona acaba encontrando las obras de su preferencia.
Fomentar la lectura creativa
La American Library Association, con sede en Chicago, Estados Unidos, ofrece un conjunto de ideas para estimular el apego de los niños por el acto de leer:
- Empezar a contar historias a los pequeños lo antes posible, incluso al nacer.
- Fijar una hora del día para hacerlo, y que se haga en un asiento cómodo, lejos de cualquier distracción.
- Si se está contando una historia, es importante variar el tono de voz y darle expresión, así como involucrar a los niños en la lectura, pidiéndoles que hablen acerca de las ilustraciones o repitan palabras.
- Se aconseja a los padres que lean una y otra vez los libros favoritos de sus hijos, cuando éstos se lo pidan.
- Predicar con el ejemplo. Si la lectura solo la realizan los niños, se sentirán ajenos a la dinámica familiar y posiblemente la dejarán a un lado. Por el contrario, si ven que sus padres se toman un rato cada noche para leer un libro, se sentirán motivados a imitarlos.
- Acudir a las bibliotecas (escolar, pública, etc.) para que los niños sigan acrecentando el gusto por esta actividad. Algunas tienen sesiones de cuentacuentos, programas extra escolares y de lectura.
- Olvidarse de los tópicos. La imposición de algunas obras puede resultar frustrante para un niño; lo mejor es dejar que escoja títulos que le llamen la atención.
- Compartir lecturas. Una idea es crear un club de intercambio de libros y de discusión de temas con amigos y conocidos.
- Convertir la lectura en algo especial, por ello es bueno regalar libros o darlos como premio.
En fin, la invitación es a leer, porque los libros son generosos y una herramienta para cambiar la perspectiva de quien los estudia.
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