viernes, 31 de agosto de 2012

Mariquita roja de siete puntos. Coccinella 7-punctata

La 7-punctata , un escarabajo pequeño y redondo de color rojo brillante sobre el que destacan siete puntos negros,   tiene la cabeza hundida en el pronoto y tres pares de patas cortas y retráctiles. Pertenece a la familia de las Coccinellidae y se le conoce con el nombre de Mariquita de Dios.

Y no como mariquita de Dios  si no como Santo, "sanantoñito", la conocíamos los niños andaluces que con ella colocada en la palma de la mano, repetíamos un estribillo que decía;

                                                           San Antoñito de Dios
                                                           abre las alas
                                                           y vuela hasta el sol
                                                           San Antoñito......

Y la mariquita obedeciendo nuestro ruego y con la ayuda de un ligero soplido, abría sus alas y volaba, no se si hasta el sol pero si  hasta alejarse lo suficiente como para perdernos de vista.




http://mitallemdrumunddran.blogspot.com.es/


http://mitallemdrumunddran.blogspot.com.es/2012/07/mariquita-roja-de-siete-puntos.html
Mariquita, quita,
cuéntame los dedos
y vete a casita.
Mariquita de Dios,
cuéntame los dedos
y vete con Dios. 





martes, 28 de agosto de 2012

viernes, 24 de agosto de 2012

Siempre me ha gustado leer.

2008: Patricio Pico y Pluma, María Inés McCormick

Siempre me ha gustado leer. Una imagen recurrente de mi infancia es estar acostada en la cama de mis padres escuchando a mi mamá leerme cuentos. Recuerdo que me resultaba tan entretenido como ver televisión, jugar a las muñecas o estar en la calle con mis hermanos. La lectura era sinónimo de placer. Leía porque me gustaba, no porque alguien me obligara. Con el paso del tiempo, ese gusto por escuchar historias se transformó en un deseo por querer contarlas. El periodismo me pareció el mejor oficio para cazar historias y durante varios años me dediqué a redactar noticias sobre las cosas buenas y malas que pasaban. Sin embargo, narrar la realidad no era suficiente. Mi curiosidad iba más allá y un buen día me lancé a escribir sobre aquellas ideas que me revoloteaban en la cabeza. Ver más.
 
 

jueves, 23 de agosto de 2012

EL MEDIO POLLITO Y EL MEDIO REAL


Dos vecinas se pusieron de acuerdo para criar pollitos. Una puso la gallina clueca y la otra los huevos. Pero de todos los huevos, sólo salió un pollito.


 -¿Y ahora qué hacemos? –dijo una.
- Pues nada, nos lo partimos por la mitad –dijo la otra. Y así lo hicieron. Una cogió su medio pollito, lo asó y se lo comió, pero a la otra le dio lástima y lo echó al corral.
Escarbando, escarbando en el estercolero, el medio pollito se encontró dinero. Exactamente un medio real de plata. A esto pasó por allí el hijo del rey, y le dijo:

- Medio pollito, ¿por qué no me prestas tu medio real, que me quiero casar? Dentro de un mes, yo te lo devolveré.
- De acuerdo – contestó el medio pollito – Pero que no se te olvide.
- Descuida. El rey siempre cumple su palabra.
Pero pasó un mes y el hijo del rey no volvió. Entonces el medio pollito decidió ir al palacio a por su medio real.
Andando, andando se encontró un palomar, y la palomas le preguntaron:
- Medio pollito, ¿adónde vas?
- Al palacio del rey, a por mi medio real. Si queréis venir conmigo… -Y las palomas se fueron con él. Y andar y andar, volar y volar, dijeron las palomas:
- Medio pollito, que nos cansamos.
- Pues meteros en mi medio culito. –Y allí se metieron.
Poco más adelante, se encontró con la zorra:

- Medio pollito, ¿adónde vas?
- No me comas, no me comas, que voy al palacio del rey a por medio real. Si quieres venir conmigo… - Y la zorra se fue con él.
Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi medio culito. – Y allí se metió.
Poco más adelante se encontró con el lobo:
- Medio pollito, medio pollito, ¿adónde vas?
-  No me comas, no me comas, que voy al palacio del rey a por mi medio real. Si quieres venir conmigo… - Y el lobo se fue con el pollito. Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi medio culito. – Y allí se metió.
Un poco más adelante se encontró con un peñascal. Y dijo el medio pollito:
- Con tantas piedras me cansaré yo. Mejor será…
Y también se las metió donde ya sabemos. Pero no acabaron ahí las fatigas; poco después llegó a un río:
- Si me meto, me ahogo; si vuelo, me caigo al agua. Mejor será… - Y se dio media vuelta y también se sorbió todo el río por ese sitito.
Un poco más adelante se encontró con un toro:

- Medio pillito, ¿adónde vas?
- Al palacio del rey por mi medio real.
Si quieres venir conmigo… - Y el toro se fue con el medio pollito. Al rato dijo:
- Medio pollito, que me canso.
- Pues métete en mi culito. Y allí se metió.
Y así fue que llegó el medio pollito al palacio del rey. Llama a la puerta: ¡Pam, pam!
- ¿Quién es?
- Soy el medio pollito, que vengo a por mi medio real.
- ¿Y para qué lo quieres? – preguntó el rey.
- Para comprarme trigo.
- Ah, bueno, si es por eso… Yo tengo mucho trigo. ¡A ver que lo lleven al granero y que se harte!
Lo llevaron al granero, y entonces dijo el medio pollito:
- Palomas, salid. – Salieron las palomas y se comieron todo el trigo. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Los criados fueron a avisar al rey:
- ¡Majestad, que el medio pollito nos ha dejado sin trigo!
- ¿Es posible?¡Que lo echen al corral de los gallos de pelea!¡Ja, ja,ja! – Lo echaron al corral, y entonces el medio pollito dijo:
- ¡Zorrita, sal! – Y salió la zorra y en un santiamén se comió a todos los gallos. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Fueron a avisar al rey:
- Majestad, que el medio pollito se ha comido a todos los gallos de pelea!
- ¿Es posible? ¡Que lo echen a la cuadra con los potros si domar! – Lo echaron a la cuadra, y entonces el medio pollito dijo:
- ¡Lobito sal! – Y salió el lobo y acabó con los potros en un momento. Y el medio pollito decía: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!” Y los criados fueron a avisar al rey:
- ¡Majestad, que no quedan ni las pezuñas!
- ¡Pues ya me he cansado! ¡Que lo tiren al pozo!

Y lo tiraron al pozo, pero dijo el medio pollito:
- ¡Piedras del peñascal, salid por mi medio real!
Y salieron todas las piedras y taparon el pozo. Y decía el medio pollito: “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!”
- ¡Se acabaron las contemplaciones! – dijo el rey. ¡Al fuego con él!
Pero cuando lo iban a echar al fuego, dijo el medio pollito:
- ¡Rio, sal!
Y salió el río y apagó el fuego y lo inundó todo.
- ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
- ¡A la plaza, que le peguen cuatro tiros! – dijo el rey.
Se juntó todo el mundo en la plaza y ya le iban a pegar cuatro tiros, cuando dijo el medio pollito:
- ¡Toro sal!
Salió el toro como un vendaval, persiguió a todo el mundo y corneó a los soldados del rey. En menos que canta un gallo entero, limpió la plaza y se puso a correr detrás del rey, que gritaba:
- ¡Socorro, socorro! – Y el medio pollito:
- “¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!”
- ¡Está bien, te daré tu medio real, pero dile a esta fiera que se pare!

Y consintió el medio pollito en que el toro se parara y cobró su medio real de plata. Y colorín colorado éste medio cuento se ha acabado.
 http://losviajesdelaabuela.blogspot.com.es/2010/10/el-medio-pollito-y-el-medio-real.html

miércoles, 22 de agosto de 2012

"LA REINA DE LAS ABEJAS"



"LA  REINA  DE  LAS  ABEJAS"

Un  rey  tenía  tres  hijos. Los  dos  mayores  salieron  a  recorrer  el  mundo. Tanto  tardaban  en  regresar, que  el  rey ordenó al pequeño, al que todos conocían por Bobalicón, que saliera en busca de sus hermanos. Así que, Bobalicón emprendió el camino y, después de  andar  y andar, encontró a sus hermanos y les convenció de que volvieran a casa.
   Partieron los tres y llegaron junto a un hormiguero. Los dos mayores quisieron aplastarlo, pero el más pequeño les dijo:
- Dejadlas en paz. No me gusta que molestéis a los animales.
   Siguieron andando y llegaron hasta un lago, en el que nadaban muchos patos. Los dos mayores querían cazar unos cuantos y asarlos, pero Bobalicón se lo impidió diciendo:
 - Dejadlos en paz. No me gusta que matéis a los animales.



 
 Finalmente llegaron ante una colmena, repleta de miel.
 - ¡ Prendamos fuego a la colmena, ahoguemos a las abejas  y tendremos miel gratis! -  dijeron los mayores - . Bobalicón les detuvo de nuevo y les dijo:
- Dejadlas en paz. No me gusta que queméis a los animales.
Al  anochecer, llegaron a un  viejo castillo. Todo estaba en silencio e inmóvil ; hasta los caballos se habían convertido en piedra. Recorrieron sala tras sala, y al final llegaron a una, en la encontraron a un hombrecillo gris, sentado junto a una mesa. El hombrecillo, al verles, les saludó y los invitó a comer. Luego les ofreció una cama para pasar la noche.
 A la mañana siguiente, el hombrecillo despertó al mayor de los hermanos y le pidió que resolviera las tres pruebas para desencantar el castillo.
La primera consistía en encontrar las mil perlas de la hija del rey, que estaban escondidas entre el musgo del bosque; tendría que buscarlas y recogerlas, y si antes de la puesta del sol faltaba una sola, el que las buscaba se convertiría en piedra.
Al  llegar  el  atardecer, el mayor apenas había recogido un centenar y se convirtió en piedra.
Al día siguiente, lo intentó el segundo hermano; pero le ocurrió lo mismo que al primero y quedó convertido en piedra también. Así que , al final le tocó ir  Bobalicón.
Empezó a buscar las perlas y después de mucho esfuerzo solo pudo reunir un montoncito.

Y cuando lo miraba lleno  de tristeza, vio  que se acercaba un ejército de más de cinco mil hormigas. Al poco tiempo , todas las perlas estaban junto a él.
- Es lo menos que podíamos hacer por  quien nos salvó la vida - dijo el jefe de  todas las hormiga.

Bobalicón llevó  las  perlas  al  castillo y   el  hombrecillo  gris le  contó  la  segunda  prueba  que  tendría  que  superar:
- Tienes que sacar del fondo del mar la llave del dormitorio de la princesa.


Y fueron los patos, que agradecidos a Bobalicón, sacaron la llave.

La tercera prueba era la más difícil: "de entre las tres hijas del rey, tendría que escoger la que fuera más joven  y amable".
- Pero si son todas iguales - dijo Bobalicón.
- Sí, así parecen - contestó el hombrecillo - . Pero mira, una de las princesas , antes de dormirse, tomó un terrón de azúcar; otra un poco de jarabe y la tercera  una cucharada de miel. Ésa es la que debes elegir.


Entonces, por la ventana, entró la reina de las abejas y se posó suavemente sobre los labios de la princesa que había comido miel. Y en el mismo instante, la princesa se levantó y con ella todos los que habían sido convertidos en piedra, incluidos los hermanos de Bobalicón. Pasado algún tiempo, Bobalicón se casó con la princesa y fue rey durante muchísimo tiempo. Fue un rey sabio, que enseñó a todos sus súbditos a amar a los animales.

(Adaptación de un cuento de los hermanos Grimm)





ACTIVIDADES

Comprensión
1.- ¿Por  qué  se  puso  en  camino  Bobalicón?
2.- ¿A qué animales quisieron molestar los dos hermanos mayores?

3.- ¿Qué sucedía en el castillo donde llegaron?
4.- ¿Cuál era la prueba más complicada que les puso el hombrecillo gris?
5.- ¿Pudo Bobalicón superar todas las pruebas? ¿Por qué?
6.- ¿Qué sucedió después de que Bobalicón resolvió todas las pruebas?

Analisis


7.- En este texto solo aparece un nombre propio, ¿cuál es?
8.- Relee el primer párrafo y escribe en tu cuaderno todos los nombres comunes que aparecen escritos
9.- ¿Quién es el personaje principal del cuento?
10.- ¿Qué  hubiera pasado si Bobalicón no hubiese ayudado a los animales?
Expresión
Haz un texto escrito, para  dejar tu opinión, sobre la actitud que los hermanos de Bobalicón tuvieron con los animales.
 
 
 
 

domingo, 19 de agosto de 2012

Las letras del abecedario encadenadas por el ingenio

Kalandraka publica ALFabeto, de David Peña, un libro con variados ingredientes: una plácida acampada con final trágico, una fuga y la posterior captura, luchas futuristas, desastre ecológico, especulación urbanística y protesta medioambiental, la vida y la muerte. En este cuento, las letras del abecedario inspiran una atípica sucesión de 27 imágenes encadenadas por el ingenio o el azar.

Dando rienda suelta a su creatividad, el autor juega con la realidad y la ficción, avanza y retrocede cronológicamente con imágenes esquemáticas, planas y cargadas de simbolismo, de múltiples lecturas. En las ilustraciones de ALFabeto se camuflan referencias a la cultura de masas de las últimas décadas. Tampoco el título es casual: el árbol es el icono recurrente de este divertimento visual, víctima y superviviente del orden y del caos a través del tiempo.
http://blog.cervantesvirtual.com/las-letras-del-abecedario-encadenadas-por-el-ingenio/

domingo, 12 de agosto de 2012

hayku trabalenguas

PAULA SE BAÑA
SIN MANGUITOS NADA
MATALASCAÑAS

viernes, 3 de agosto de 2012

Llegan los calores de julio y por una especie de reflejo condicionado se me despierta la apetencia por las ficciones de mucho calado y larga duración. Durante el resto del año, la gula lectora está más influida por las obligaciones, aunque nunca hasta el extremo de forzarme a terminar un libro que no me guste mucho. Hay muchos más libros buenos de los que uno tendrá ocasión de leer en su vida, de modo que no queda tiempo para leer libros malos. Pero como los libros pueden ser muy buenos de muchas maneras diferentes, no hay obligación de leer ninguno que no resulte apasionante. Cualquier lector con afición y cierta experiencia está capacitado para leer cualquier novela.
 http://cultura.elpais.com/cultura/2012/07/04/actualidad/1341410299_856383.html

jueves, 2 de agosto de 2012

Despacito y con buena letra

Despacito y con buena letra

Las nuevas tecnologías han desterrado la caligrafía

Ya apenas se escribe a mano un apunte, una firma bancaria

Pero la escuela garantiza su supervivencia


Es importante escribir a mano en las primeras fases de la edad. / SANTI BURGOS





























Los alemanes dieron el grito de alarma: la caligrafía que alimentó la poesía de Rilke perece a mano de los ordenadores y los teléfonos inteligentes. Un estudio que citaba el diario Bild afirmaba que “uno de cada tres adultos no ha escrito nada a mano en los últimos seis meses”. A la pereza manual contribuye que un 79% de los hogares alemanes dispone de ordenador y que la venta de móviles ya es una estadística imparable.
Escribir a mano es bueno para el cerebro, dicen los expertos. En medio de aquella alarma alemana, un eminente psiquiatra, Manfred Pitzer, comentó que “la escritura es fundamental para fomentar la coordinación y las habilidades manuales”. Y su ejercicio periódico resulta esencial para la actividad cerebral.
Al tiempo que se producía esa alarma en Alemania, un periodista, Luis Martín, de EL PAÍS, realizaba una curiosa encuesta entre los seleccionados españoles que disputaban la Eurocopa. Entre las preguntas, Martín inquiría a cada uno de los futbolistas qué tal andaban de caligrafía. Extrañaba la pregunta, en un universo que cada vez se aleja más de la escritura básica, sustituida en todo el mundo por la amañada perfección de la industria. Luis incluyó esa pregunta en su excéntrico cuestionario porque su abuelo, el zapatero José Martín Díaz de Losada, solía decirle: “Tú que tienes buena letra, vete a comprar el vino”.

Según un estudio, 
uno de cada tres 
adultos no ha cogido un lápiz en seis meses
Todos los seleccionados serían capaces, a los ojos de este abuelo, de ir a comprar el vino. El periodista, que cubre el Barça, da fe. “Iniesta tiene una letra de trazo largo, como su juego, escribe bien... Xavi tiene una letra redondita, buenísima. Pedrito es muy legible, su letra es chiquita. Y la de Piqué es alargada, como él”.
Fuera del fútbol, ¿hay motivo para alarmarse en España? ¿Estamos aquí tan secuestrados por los ordenadores como para decir que la caligrafía se muere? José Manuel Pérez Carrera, catedrático de instituto, fundador de la Asociación de Profesores de Español, apacigua las alarmas. Los niños siguen practicando la escritura a mano en las escuelas y no es cierto que todo esté dominado por el lenguaje sincopado de la red digital y los móviles. Los adolescentes que ya han accedido a esos instrumentos “aprendieron a escribir de pequeños”.
Cuando los chicos empiezan a escribir en ordenadores o en móviles “ya tienen 12 años y dominan la escritura; así que cuando tienen que hacer un examen procuran una escritura legible. El que aprendió bien a escribir sigue escribiendo bien”.

Esta práctica fomenta la coordinación y las habilidades manuales
¿Así que no hay riesgo de que la caligrafía descarrile? “El ordenador es una tentación muy grande; te permite corregir automáticamente y te produce la sensación de que está bien lo que has hecho. Pero la caligrafía es, para los adultos, un signo de distinción; es como la presentación de tu personalidad”.
Pero sí se pierde la escritura a mano, aunque cuando se ejerza sea legible e incluso elegante. “Ahora han venido mis nietos de un campamento de inglés”, dice Pérez Carrera, “y me han contado que en ese sitio solo se recibió una carta manuscrita en 15 días. Y fue una carta de la bisabuela de mis nietos. Cincuenta chicos, ni una carta”.
La escritura era el espejo del alma. Y es el reflejo de la personalidad, dice el académico Francisco Rico, que ha buceado en la caligrafía de Cervantes o de Petrarca. “Pero no es tan significativa, no te creas. Hay grupos que escriben con la misma letra que aprendieron juntos en el colegio. Yo he podido recibir cartas que he atribuido a mi mujer pero que era de otra porque todas las que estudiaron en el Sagrado Corazón de Jesús tienen la misma caligrafía”. En los tiempos de la escritura tecnológica, por otra parte, se pierde la necesidad de la mano y esta puede ser cada vez más torpe, concede el profesor Rico. “Yo empiezo a no saber escribir o escribir cada vez peor materialmente”.




Un am













La caligrafía queda más reservada a borradores, notas, apuntes, “una obra literaria se pasa directamente al ordenador”. La caligrafía se usa, denuncia el estudioso del Quijote, “para firmar cheques y tarjetas de crédito, así que es evidente la decadencia de la caligrafía, algo que supone en cierto modo una difuminación de la identidad”. Su colega, el también académico Salvador Gutiérrez, ve síntomas de descuido. “Estamos sustituyendo la escritura manual por el dedo pulgar. ¿Las consecuencias? No son previsibles. Lo importante es que se siga usando la mano en las primeras fases de la edad. Lo cierto es que la buena caligrafía refleja orden, y no solo en la escritura, sino orden para resolver los problemas de la vida. Una buena escritura manual augura un mejor porvenir. Y por supuesto el orden de la escritura evita el caos. La caligrafía es el orden en la página, la letra triunfa en la lucha entre el orden y el caos”.
Frente a esa decadencia surge con fuerza la tipografía; “las fuentes tipográficas suplen con su diversidad el uso de una determinada caligrafía”. Rico se distingue por el uso de la Courier, y explica con un chiste su desdén por la Tahoma: “Llega la Tahoma a un bar, y le dice el camarero: ‘Aquí no servimos a tipos como usted...”.
Pero la caligrafía sobrevivirá, al menos como memoria, “porque siempre se aprenderá a leer y a escribir con lo manual”.
Decían los viejos que despacio se escribe la buena letra. El refrán ya sirve para el pasado. Pero el diseñador Manuel Estrada cree que habrá una resurrección de la caligrafía. “Ahora parece que si no abrevias no estás en la modernidad. Y volverá la escritura a mano como expresión de la personalidad. Produce placer y comunica quién eres. Yo no dejo de escribir a mano. Todos aprendemos a dibujar, y el dibujo es escritura. Si no sabes escribir no sabes dibujar, y las conexiones neuronales reclaman el uso de la mano para dibujar, para escribir, para pensar. Que una civilización pierda la capacidad de escribir a mano no es un signo de modernidad sino de decadencia”.
La escritura es una obra de arte, dice el pintor José Luis Fajardo, que usa la palabra en muchos de sus cuadros. Como Cy Twombly, como Manolo Millares... “Cuando surgió el invento de Gutenberg se dijo que la caligrafía iba a morir, y mira cómo sigue, tan campante. No tienes sino que ver a los grafiteros...”.
La escritura manual distingue a la gente, como su palabra o como su ropa. Salvador Espriu, cuenta su editor, Josep Maria Castellet, “era meticuloso, limpio, iba bien vestido, con las uñas arregladas, con corbata... Así eran los textos que entregaba, pulcros y definitivos. Los de Castilla del Pino eran igualmente pulcros, con una letra minúscula que teníamos que leer con lupa... Josep Pla escribía en sus cuadernos como si fuera árabe, empezando desde atrás, una letra pequeña, siempre con estilográfica. Pla era Pla también en esa manera de escribir”.

El que aprendió bien 
a escribir, sigue escribiendo bien”
Josefina Martínez, la viuda de Emilio Alarcos, el poeta, profesor y académico, presentó recientemente en la UIMP, en Santander, una joya caligráfica de su marido. Notas inéditas al Cancionero inédito de A. S. Navarro. Eran poemas escritos por un supuesto escritor que él mismo criticaba con humor y audacia. Fue escribiendo el cuaderno, siempre con la misma letra, minúscula pero muy legible, desde 1940 a 1946. Ella conoció el cuaderno en 1969, cuando era su alumna. El cuadernito, pulcro e íntimo como una colección privada, ahora es un facsímil, que la editorial Visor ha acompañado con la transcripción del poemario y las suculentas reflexiones de Alarcos, en una edición preparada por José Luis García Martín. “Lo extraordinario es que él, que murió en 1998, a los 75 años, conservó siempre esa letra, una letra muy madura de alguien que la había adiestrado desde párvulo. Hermosa, clara, de una persona que no tenía dobleces. Con los márgenes cuidados, reflejo de un orden mental perfecto y transparente”.
Así era José Saramago, el Nobel portugués, como autor de manuscritos. Él escribió a finales de los años setenta un libro, Manual de pintura y caligrafía, que tiene una curiosa historia escolar. La cuenta su viuda, Pilar del Río: “Tanto él como su editorial portuguesa se sorprendieron por el volumen de libros solicitados por países africanos (Angola, Mozambique) de un autor entonces desconocido. ¡Los libros habían sido repartidos por escuelas como cuadernos de aprendizaje de la buena letra!”.

La caligrafía es espejo del alma y reflejo 
de la personalidad”
En realidad, la historia de ese Manual es la de un pintor mediocre “que descubre que necesita palabras para llegar adonde no llega con la pintura...”. Él tenía muy buena letra, por cierto. “Era una letra cuidada, redonda, legible, perfecta: cuidar el diseño de las letras era tal vez el primer paso para cuidar las palabras, la expresión de las ideas”.
Es lo que piensa Andrés Trapiello, escritor y bibliógrafo, que mira entre las letras para descubrir tesoros. “En escribir”, dice, “hay algo de musical. Sobre el teclado, parecemos un pájaro carpintero, percutiendo las letras; con la pluma, el boli o el lápiz, parece que el papel respirase, se le oye como un aliento”. Como editor que ha sido ha visto de todo. ¿Cuenta tanto la escritura de un manuscrito a la hora de empezar a evaluarlo? “El secreto de todo, a mi modo de ver, es no afectarse: ni presumir de desaliñado, ni de pendolista. Aunque, qué duda cabe, nuestra letra dice mucho de cada uno de nosotros, pero a menudo engaña. Así que es mejor no sacar conclusiones, como tampoco de los zapatos que llevamos puestos. Nuestra letra es como los zapatos, lo importante es que sean cómodos y nos lleven lejos. Si pueden ser bonitos y estar limpios además, mejor; pero si no, tampoco importa. Y, por cierto, la letra, como los zapatos, acaba llenándose de bultos, ¿y por eso vamos a cambiarla, cuando más cómoda nos resulta?”.
Trapiello cree que “importa el pie, no el zapato, y el espíritu de la letra, no la letra”.
Nabokov veía en las letras colores diferentes. Ahora la escritura avanza hacia la igualación; el cerebro se queja, dicen los expertos, porque se ha adiestrado en recibir mensajes de la mano cuando esta avanza en silencio sobre el papel. Pero no hay que preocuparse, dice Rico. “Siempre veremos a Cristo escribiendo con el dedo sobre la arena. Esa escritura manual es insustituible y lo será siempre. Y la seguirán aprendiendo los chicos en la escuela”. Ya no se borra.


Un amanuense de metáforas

ANTÓN CASTRO
La caligrafía es la búsqueda de la belleza a través de la expresión escrita. La caligrafía se hace con lentitud, con voluntad de perfección, con concentración y con un afán estético. En la escritura caligráfica uno quiere dar lo mejor de sí mismo con plena conciencia. Y se hace con una especial delectación: el calígrafo (y todos somos calígrafos de alguna manera en algún momento de nuestra vida) disfruta, percibe una sensación placentera en esa relación entre la mano, el papel, la tinta y lo que se quiere decir. El calígrafo, por ese acto de suprema concentración o abstracción, reflexiona, ordena el pensamiento, se ofrece al otro: a quien le vaya a leer.
Desde muy joven me he sentido seducido por la caligrafía de algunos escritores: los poemas de Neruda y sus cartas de amor a Albertina Azócar, la caligrafía tan particular y arborescente de Juan Ramón Jiménez y de Cela (conservo fragmentos de La familia de Pascual Duarte), las cartas de Vicente Aleixandre a los poetas aragoneses. Y digo a los poetas aragoneses porque las vi, las leí, las acaricié: a Luciano Gracia, a Julio Antonio Gómez, a José Antonio Labordeta, a Miguel Labordeta, a Guillermo Gúdel... Aleixandre expresó hace años algo que siempre había intuido: se había quedado ciego, poco después del Nobel, y dijo que no podía escribir poesía porque el verso también le brotaba de la relación que se establecía en su mente y en su cuerpo entre la mano que acaricia el papel, el bolígrafo y el cuaderno, algo que ya no podía hacer y que por eso, por esa falta de contacto físico y de percepción de la caligrafía por la ceguera, ni podía escribir ni podía soñar poemas.
Una de las cosas que hago con más cariño y lentitud por lo regular es la dedicatoria de los libros. Busco mi mejor caligrafía, y eso quiere decir mi máxima paciencia también, pienso en el otro, pienso en cómo es y pienso en qué mensaje quiero dejarle ahí para siempre. Y en ese instante, tengo la sensación de que soy un calígrafo que sueña, que envía una carta especial, que fija un discurso de pensamiento y de imágenes. Asocio la caligrafía a la beldad, a la claridad, al amor a las pequeñas cosas, a la artesanía. El calígrafo es un amanuense de metáforas.
Antón Castro es poeta y periodista.